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SEXO, SUSPIROS Y MENOPAUSIA
Por María Engel
Si eres una mujer que ya cumplió 40 años y deseas saber si tus cambios hormonales están afectando tu vida sexual, te conviene leer lo siguiente.
El buen sexo es más que un orgasmo; tiene como base querer iniciarlo y desear disfrutarlo con un hombre en especial. El buen sexo te vuelve más longeva y mejora la calidad de vida, pero la declinación hormonal al llegar a la menopausia te juega una “mala pasada”. En los años en los que deberías disfrutar de las relaciones sexuales ya sin preocuparte por la fertilidad, el cuidado de los hijos, la inestabilidad económica, entre muchas otras cosas, tu deseo comienza a declinar, tu vagina comienza a atrofiarse y a resecarse, lo que provoca dolor al hacer el amor, tu capacidad de tener orgasmos que una vez te hicieron sentir como en una montaña rusa, hoy sólo se comparan con intensidad de un bostezo.
El Doctor Thierry Hertoghe, autor del best seller “Le regimé hormone”, señala que la posibilidad de mejorar la respuesta sexual en una mujer madura tiene como base el reequilibrio hormonal, para así restaurar la sexualidad y la vitalidad en general.
La progesterona, los estrógenos y la testosterona son las hormonas que proporcionan el impulso sexual y la habilidad de reproducirnos para asegurar la supervivencia de la especie. Sin embargo, no solo la menopausia tiene este efecto en la sexualidad femenina; el estrés de un trabajo frustrante, carencias económicas, parejas que han olvidado cortejarnos o una “panza” que crece día a día sin control, tanto de él como tuya, pueden afectar nuestra vida sexual.
Según el Doctor John Lee, autor del libro “Hormone Balance Made Simple” (2006), entre otros, la progesterona es una sustancia que brinda un óptimo placer sexual. Actúa como estabilizadora del ánimo y ayuda a la glándula tiroidea a mantener la producción de hormonas T3 y T4. Sin embargo, disminuye gradualmente durante la menopausia y esto afecta el impulso sexual en la edad madura.
Como la progesterona y los estrógenos se equilibran mutuamente durante el ciclo menstrual, una disminución general de progesterona permite que el nivel de estrógenos aumente. Es común que a este tipo de mujeres les suelan recetar más estrógenos (conocido como dominancia estrogénica) provocando malestar.
La mitad de las mujeres entre los 42 y 52 años, pierde el interés sexual, encuentra más difícil excitarse y experimenta menos orgasmos y de menor intensidad. Por si fuera poco, en las mujeres en este rango de edad también disminuyen los receptores hormonales (sitios en los tejidos del cuerpo que captan hormonas específicas, y que los ayudan a funcionar correctamente)
Si además de entrar en la menopausia la mujer se sometió a una histerectomía u ooforectomía (extirpación del útero y/o los ovarios) la situación se complica, disminuye la cantidad de hormonas circulantes, lo que exacerba las molestias clásicas de la menopausia y la vida sexual se afecta seriamente. Algunas mujeres se perciben menos atractivas y deseables después de pasar por alguno de estos procedimientos quirúrgicos. De hecho, en un estudio (Northrup CN, 2001) realizado a 21 mujeres a las que se les practicó una histerectomía, el 25% afirmó que tanto su deseo sexual como el de sus parejas “se vino abajo” después de la operación; incluso tres de ellas atravesaron por un divorcio un año después. Este grupo de mujeres señaló que la cirugía redujo notablemente su capacidad de atraer la atención sexual de los hombres.
¿QUÉ ES EL BUEN SEXO EN LA MENOPAUSIA?
Un estudio realizado en la Universidad de Stanford, en California, por la Dra. Winnifred B. Cutler, descubridora de las feromonas, evidenció que las mujeres entre 40 y 50 años, que mantienen relaciones sexuales con un solo hombre, mínimo una vez a la semana, poseen casi el doble de estrógenos y presentan menos síntomas característicos de la menopausia (por ejemplo, los bochornos son raros y menos intensos) pero lo más importante es que su actitud hacia el sexo es más juvenil; el deseo, la respuesta y la satisfacción sexual son mayores o se mantienen estables. En contraste, las mujeres célibes (sin ningún tipo de pareja) o esporádicamente activas, presentan síntomas de mayor intensidad y ven afectada su vida sexual al llegar a la menopausia.
En el estudio citado, la Dra. Cutler encontró que entre un 29 y un 50% de las mujeres histerectomizadas sufre de alguna disfunción sexual; e indicó que en el 30% de los casos, los maridos ya no quieren tener relaciones sexuales con ellas.
Se ha comprobado que el “sexo regular monógamo” puede extender la vida; de hecho, el buen sexo puede incrementar los beneficios más allá de los 84 segundos de éxtasis que puede durar un orgasmo promedio, y mejorar tu salud. Conforme pasan los años y la gente envejece, si se mantienen relaciones sexuales regulares y se conserva la intimidad de la pareja, las mujeres se inmunizan contra numerosas enfermedades.
La Dra. Patricia Love, coautora del libro “Hot Monogamy” (2012) define la pasión como “la capacidad de combinar intensos sentimientos de excitación con el amor que se siente hacia la otra persona”. En la edad madura, cambia el balance de estos dos componentes dando lugar a una mayor intimidad física en la que abrazos, besos y caricias predominan sobre la excitación sexual, produciéndose una unión que involucra más aspectos, como corazón, cerebro y alma.
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